Hay cosas que nos ponemos porque nos gustan mucho y no las
retiramos hasta que se nos caen a tiras, como es el caso de este bolso que fue
un regalo a mi hija de una amiga suya japonesa, (made in Japan)
La mayoría de las veces que me piden que arregle algo que se sale de lo habitual, lo dejo en un lugar visible para que mi cerebro vaya trabajando y echando imaginación para ver cuál es la mejor forma de hacerlo.
Y con esté bolso tuve que hacer eso, de repente pensé ¿Por
qué no calcar una flor y hacerla en forma de aplique? Y aquí estaba la
solución.