La última vez que estuvimos en Pamplona fueron 12 horas como muy bien sabéis y teníamos esa espinita clavada. Así que aprovechando que teníamos libertad de movimientos, que los días eran largos, y la excusa para todo, que era la feria de encajeras en Pamplona, el fin de semana pasado agarramos las maletas y nos pusimos rumbo al norte.
Ha sido un fin de semana fantástico, hemos desconectado mogollón, hemos subido y bajado escaleras como que no hubiera un mañana, y lo mejor de todo hemos encontrado ideas nuevas para trabajos futuros que esperamos compartir muy pronto con vosotras.
Os dejamos unas fotillos para que disfrutéis un poco.
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