miércoles, 20 de abril de 2016

ENCUENTRO DE ENCAJERAS EN MIRANDA DE EBRO




Este año hemos ido al Encuentro de Encajeras de Miranda de Ebro, hacía ya algunos años que no íbamos, y este año, nos cuadro a las tres bien, asique allí nos encontramos.




Habían cambiado la ubicación con respecto a la última vez que estuvimos, y creemos que el nuevo sitio, aunque es mucho más grande y amplio, bien iluminado, no es nada promocional para esta actividad, ya que era en un polígono industrial situado a las afueras de Miranda que la mejor opción era ir en coche, ya que el autobús pasaba cada media hora.

La organización sí que nos gustó, lo tenían divido entre los asistentes y los acompañantes al encuentro.
Las asistentes estaban distribuidos por escuelas, así que no había ningún  problema para ubicarte, localizabas en seguida tu sitio y a la vez algunas compañeras de otras provincias con las que compartimos aficiones. La exposición de este tenía muchas cosas, pero estaban un poco amontonadas las piezas lo que impedía disfrutar plenamente de las labores, y alguna estaban un poco alejadas
por lo que no podías ver los detalles, las organizadoras estaban pendientes para todo lo que pudiéramos necesitar.
Los acompañantes al encuentro tenían una visita guiada que en esta ocasión fue a las ruinas del Castillo, con una pequeña explicación de la panorámica del pueblo y una breve introducción a su historia. El Castillo está situado en una zona elevada de la antigua ciudad de Miranda y lo tienen muy bien conservado además allí han instalado para proteger algo más la zona un pequeño botánico.


El almuerzo fue en el restaurante del Conde de Frías, y el menú era variado, pero las camareras eran poco profesionales, a más de un asistente les cayeron la salsa encima, daba la sensación de que no estaban preparados para grupos tan grandes, ya que allí nos encontramos las encajeras de las todas provincias que habíamos asistido al encuentro, aunque el sorteo final lo hizo más llevadero, ya que nos toco una bolsa con producto del café Gometero, para estas tardes de lluvias entre puntada y puntada un sorbito.

Para terminar, después de comer dispusimos de una horita que nos dio la oportunidad de disfrutar algo más de Miranda un pueblo que está bien cuidado y que tiene cosas que ofrecer y cuida al turista.











En el conjunto de todo hemos disfrutado, nos hemos echado unas risas, y allí nos veremos el año que viene.

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